Los protocolos familiares son las normas internas por las que las sociedades familiares se autorregulan para organizar su funcionamiento y trasmisión de acciones o participaciones entre las distintas ramas familiares.
No hay normas legales con un contenido, sino que cada sociedad familiar debe pensar y escoger cuáles serían las normas de funcionamiento que encajarían mejor en dicha sociedad.
Se pueden establecer por ejemplo cuotas de ramas familiares en el Consejo de Administración; o normas para formar y promover a determinados familiares en la administración de la sociedad; las normas de adquisición preferente entre las distintas ramas familiares para no perder los porcentajes de influencia; compromisos de no inmiscuirse los familiares en la administración más allá de un determinado nivel; normas de arrastre para casos de venta o compra de paquetes accionariales…
Estas normas se pueden mantener secretas entre los socios, anunciarse en el Registro Mercantil (publicidad), o inscribirse en el Registro para que afecten a posibles terceros.